La mayoría de sistemas de grabación de imágenes, ya sean DVR o NVR, sistemas híbridos o tríbridos, etcétera. Todos ellos utilizan como medio de almacenamiento discos duros HDD o SSD, por lo que tienen limitada su capacidad de almacenaje a la capacidad de que tengan sus discos duros y su configuración RAID.
Existen dos características a parametrizar para personalizar el modo de grabación: el tiempo de grabación y el motivo por el que se graba el flujo (stream) de video recibido desde la cámara.
El tiempo de grabación consiste en definir si se graba de forma manual cada canal de vídeo o se fijan tiempos diarios, semanales o mensuales en los que el sistema de grabación almacenará las imágenes. Las que se reciban fuera del rango horario definido en este apartado no serán almacenadas y se serán desechadas.
El motivo del flujo de vídeo (normalmente existen 2 por cada canal):
- Regular(normal): Se almacena el flujo de datos recibido de forma continua.
- Detección de movimiento: Si se produce algún movimiento en la escena que capta la cámara, las imágenes serán almacenadas, en caso contrario se desechan.
- Alarma: Si la cámara o el sistema de grabación dispone de entradas de alarma donde conectar detectores de movimiento o sistemas de alarma, las imágenes serán almacenadas sólo cuando se produzca una alarma.
Dos parámetros muy importantes para optimizar el espacio a utilizar por un sistema de grabación de imágenes son la resolución y las imágenes por segundo con las que el flujo de vídeo es almacenado, pero esto es algo que trataré en otro artículo, ya que afecta directamente al resultado obtenido para poder observar, detectar y/o identificar a alguien o a algo en una escena.
Parametrizando correctamente el sistema de grabación optimizaremos el espacio ocupado por las imágenes y podemos hacer más ágil la revisión de las grabaciones, por ejemplo, sólo tener que revisar los momentos en los que ha habido movimiento o se han producido alarmas, en el caso de estar así configurado el equipo.