El campo de radiación y detección está muy bien definido, de esta forma podemos evitar las molestas falsas alarmas. El transmisor emite una señal de radiofrecuencia que produce un haz estrecho y direccional hacia el receptor. El receptor capta la señal transmitida, mide su intensidad y analiza la señal para descartar las perturbaciones ocasionadas por la climatología y/o pequeños animales como pájaros y evalúa si se trata de un intruso. Es importante tener presente que los objetos grandes, al pasar cerca del área de detección pueden provocar falsas alarmas. El emisor y receptor deben instalarse mirándose cara a cara en los dos extremos de una cara del perímetro. El rango de trabajo puede llegar hasta los 200 metros con una sola barrera. Pero, se debe tener en cuenta la naturaleza del terreno y las condiciones climáticas puesto que pueden afectar al alcance efectivo de la barrera. La configuración de las barreras durante la instalación suele realizarse con un multímetro, un osciloscopio y/o con software mediante pc.
Los lugares ideales para utilizar esta tecnología son aquellos en los que podamos estar seguros de que no se van a producir intromisiones en el campo de radiación y cercanías. El campo abierto de un recinto industrial puede ser protegido con esta tecnología. En cambio, un lugar con vegetación y/o animales está totalmente desaconsejado su uso, ya que pueden producir muchas falsas alarmas.
Como siempre, el diseño y estudio de los sistemas de seguridad electrónica debe ser realizado por un asesor en seguridad.