Estos contactos están separados (circuito abierto) hasta que se les acerca un campo magnético, momento en el que hacen contacto cerrando el circuito. Se utilizan normalmente para detectar aperturas de puertas y ventanas. Al separar unos centímetros el imán del contacto reed, este se abre provocando la situación de alarma.
Su instalación es simple, el interruptor reed se coloca en la parte fija o muro de la puerta o ventana y el imán en la parte móvil o abatible.
Podemos elegir diferentes tipos en función del lugar donde vayan a estar instalados:
Contacto magnético de empotrar.
Estos contactos no son visibles con la puerta o ventana cerrada, incluso pueden estar ocultos dentro de la propia puerta o ventana, por lo que al estar abiertas tampoco serían visibles.
Contacto magnético de superficie.
Estos son adecuados para instalar sobre la ventana o puerta y quedan a la vista por la parte interior del inmueble. Nunca deben instalarse fuera, ya que serían manipulables por el intruso, parece obvio pero me uno se encuentra de todo en este mundo.
Contacto magnético de alta potencia.
Este tipo de contactos son de cuerpo muy robusto y son los adecuados para grandes barreras o puertas metálicas de locales o garajes, ya que, aparte de ser lo suficientemente potentes para evitar el bloqueo del campo magnético por culpa de la estructura metálica sobre la que se montan, son capaces de soportar muchos kilos de peso, esto los hace ideales para instalar en las puertas de entrada de locales comerciales o garajes.
El contacto magnético forma parte del grupo de elementos del círculo de seguridad central que se corresponde con el perímetro interior, que protegen las puertas, ventanas y muros del inmueble que protegen.
Para el correcto diseño, planificación e instalación de un sistema de seguridad siempre recomiendo el asesoramiento de un profesional, ya que podemos tener un sistema muy bonito y caro, pero que no sirva de nada ante una intrusión si no se ha diseñado e instalado de forma correcta.